miércoles, 25 de mayo de 2011

El hogar, un santuario mariano


Texto del Padre Fundador

Si ya resulta difícil hacer que reine la gracia en uno mismo como persona particular, parece casi imposible llegar a ser una familia según el modelo de la Santísima Trinidad o de la Sagrada Familia de Nazaret. Siempre fue así. Pero la época actual, que en todas partes promueve un completo desarraigo en todas las circunstancias de la vida, manifiesta sus devastadores efectos sobre todo en el santuario de la familia. ……. En la actualidad, el mundo y la Iglesia se encaminan hacia terribles catástrofes. Quien conozca esta realidad quedará profundamente convencido de que la Familia de Schoenstatt, en su totalidad y en sus partes, no podrá cumplir su tarea si todos los arroyos y fuerzas no desembocan, por último, en familias de Schoenstatt que sean como islas de santidad, islas que se unan cada vez más entre sí para constituir una Obra de las Familias común. …… Todos nosotros, sin excepción, estamos interesados en un nuevo milagro de Pentecostés. Por eso nos unimos, pedimos y suplicamos con gran fervor un nuevo y eficaz milagro de transformación. Tomen la imagen de la Santísima Virgen y denle un sitio de honor en sus hogares. Así sus hogares se convertirán en pequeños santuarios en los cuales esa imagen de gracias derrame sus gracias, genere una santa tierra familiar y forme santos miembros de la familia.

(Textos tomados de la carta del Padre Kentenich al Padre Johannes Tick, 15 de abril de 1948, conocida más tarde como “Acta de Fundación de la Obra de las Familias” - Ver: Kentenich Reader, Tomo 1, Pág. 268/270, Editorial Patris)

Comentario

El Padre Fundador invita ya en mil novecientos cuarenta y ocho a las primeras familias de la incipiente Obra Familiar a llevar a sus hogares la imagen de la Santísima Virgen, y a darle un lugar de honor en el ámbito familiar. Y lo hace ante el desarraigo que sabe reina en la sociedad y en las familias alemanas de la postguerra europea de los cuarenta. En su mirada de profeta de los nuevos tiempos sabe también que este bacilo hará mella en el alma de muchos hombres y mujeres del futuro, e invita a todas las familias comprometidas en el Movimiento de Schoenstatt a luchar por una santidad cotidiana bajo la protección y el cuidado maternal de María, nuestra madre y educadora. Años más tarde, en 1963, ante un grupo de matrimonios de Milwaukee (USA), mostró su convencimiento de que los Santuarios Hogares eran verdaderamente una parte del organismo del Santuario: lo que vale para el Santuario original vale también para el Santuario Hogar. Las familias americanas, empeñadas en un esfuerzo serio por vivir la vida diaria a la luz de sus ideales, ayudaron al Padre Kentenich a descubrir los planes de la Divina Providencia en y para la pastoral familiar de su Movimiento. María, la Educadora del hombre nuevo, se encarga, en la fuerza de la alianza de amor, por atraer hacia sí a todos los miembros de la familia, para que ayudados por las gracias que Ella distribuye, “sean instrumentos aptos en sus manos” para la renovación del nuevo orden social.

2 comentarios:

  1. Gracias por esta información, ¡que visionario el P.J.K.! un dilema muy actual donde es tan difícil educar en la fe a nuestros hijos, que ven en la época actual y la etapa de adolescentes, solo lo tangible.

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  2. Muchas gracias por apoyarnos con estos extractos de los textos tan profundos de nuestro Fundador! , unidos en la Alianza de Amor, Bety Contreras, México

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