miércoles, 22 de junio de 2011

El padre: conciencia de padre



Texto del Padre Fundador

¿En qué se fundamenta la conciencia de padre? Nos hemos acostumbrado a no hacer ninguna afirmación sin tratar primero de cimentarla en principios básicos. Al hablar de conciencia de padre nos remitimos a los principios de siempre: “Agere sequitur esse” (la acción sigue al ser) y “ordo essendi est ordo agendi”. A la luz de estos enunciados podemos decir que la conciencia de padre se fundamenta, desde el punto de vista metafísico, en el hecho feliz de que padre es quien, como transparente del Padre del Cielo, engendra un hijo. En la Santísima Trinidad, la persona del Padre es la que tiene como cualidad y actividad originales la facultad de engendrar. De ahí que, hablando humanamente, se pueda decir que en el seno de la Trinidad, Dios Padre es el principio fundamental.
El padre humano participa de esa cualidad y dicha participación lo hace portador fundamental de la autoridad terrena. La autoridad paternal de Dios es por excelencia la “forma original” de la autoridad terrenal o humana. Todas las otras modalidades de autoridad son secundarias, se apoyan o complementan en la autoridad paterna.
Vale la pena detenerse en este punto porque se trata de una afirmación de hondura insospechada. El hombre no sabe nada o bien, muy poco sobre lo que significa paternidad, ser padre y sentido paternal …. por eso es frecuente observar la pérdida de la conciencia de padre.
La conciencia de padre se fundamenta, entonces, en la actividad engendradora, que a su vez es reflejo de la cualidad de Dios Padre. La conciencia de padre se pone de manifiesto en la labor de educar a los hijos ………………….. .

(Extracto de una conferencia de la Jornada Pedagógica “Grundriss einer neuzeitlichen Pädagogik” de 1950 – Ver: Pedagogía para educadores católicos, Colección Grandes Jornadas Nr. 3 – Hermanas de María, Florencio Varela, Argentina, Pág. 206)

Comentario

El Padre Kentenich sintetiza en sus conocidas “Jornadas Pedagógicas” su enorme experiencia de pedagogo y director espiritual y nos regala también claves precisas para comprender mejor su Movimiento de Schoenstatt. Teniendo en cuenta las voces del tiempo ofrece a los que le escuchan valiosas ayudas para acometer como educadores el gran desafío de formar al “hombre nuevo en la nueva comunidad”. Uno de los temas claves en este desafío es para el Fundador el tema del padre. Existe un convencimiento sicológico generalizado de que la experiencia paternal concreta del hombre determina no solo su imagen de Dios sino que conforma las relaciones surgidas desde lo irracional del hombre con su Creador. Si las experiencias paternales son positivas, surge en el niño un sentimiento de confianza filial en el Dios misericordioso y bueno, en el que se puede uno fiar y del que puede esperar ayuda en las necesidades. Experiencias negativas con el padre pueden llevar a sentimientos de culpa y miedo ante un Dios justiciero y lejano. Para el Fundador de Schoenstatt la solución al problema de la ausencia de los padres en la sociedad actual y de una adecuada y correcta formación de los mismos reviste una importancia decisiva en la comprensión de la autoridad, en la construcción de un estilo de vida sano en la sociedad y en los individuos, y ante todo en la vivencia de la religión y de las relaciones personales con Dios.

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