miércoles, 14 de marzo de 2012

Nuevos padres, nuevo mundo (1)



(Nota previa:  El texto con el que hoy comenzamos el nuevo capítulo referido al hombre y al padre es la reproducción de una charla programática que el Padre Kentenich dictó el 18 de junio de 1966 a los miembros de la “columna” masculina del Movimiento de Schoenstatt a su regreso del exilio de Milwaukee. Con la ausencia del fundador había disminuido sensiblemente el número de los miembros de esta rama, por lo que se habla de una “nueva fundación” de la misma. El Padre Fundador se refiere a la renovación del hombre en la actualidad y en el futuro, destaca su papel principal como padre de familia en el mundo y en la iglesia, y recuerda la necesidad de la autoeducación, mostrando caminos concretos para la educación del varón. Después de 14 años de ausencia del Fundador del Movimiento, la “columna” masculina deseaba formarse y estructurarse de nuevo. El Padre Kentenich indica en la charla los caminos para ello y destaca la importancia de estas directrices suyas no sólo para esa rama sino para toda la Familia de Schoenstatt en el futuro. El Padre Fundador aconseja a todas las generaciones de schoenstattianos venideras “re-vivir” (vivir de nuevo)  la historia de Schoenstatt, haciéndolo, en su caso, en una adaptación orgánica al nuevo estado de crecimiento y maduración. Para ello nos regala el ‘cuaderno de ruta’ de todo schoenstattiano: vivir de nuevo lo que se apuntó en el acta de pre-fundación y en la primera acta de fundación. ¡Así fundaremos de nuevo nuestro curso, nuestra comunidad, nuestro grupo, nuestra rama, así fundaremos de nuevo a la Familia de Schoenstatt!
Creemos que el texto de esta charla es de una importancia singular para los educadores de las comunidades masculinas y de familias de Schoenstatt, para los que están en proceso de educación y también para los asesores y dirigentes de las correspondientes  Ramas de la Familia.
Texto original: Pater Joseph Kentenich – Neue Väter – neue Welt, publicado por el Padre Heinrich Puthen, Patris Verlag Schoenstatt, 1976.- Traducción Francisco Nuño)


DISPOSICIÓN (de toda la charla)

A. EL PROBLEMA DEL PADRE Y SU SOLUCIÓN

   1.  Un problema con raíces profundas
   2. Una gran tarea
   3. Importancia de la tarea
   4. La Madre de Dios nos ayuda a que nos acerquemos al padre y al Reino del Padre

B. SER PADRE Y SENTIR DE PADRE

   1. Leyes de vida y reorganización de la rama de hombres y padres
       a. La ley de la repetición cíclica
       b. La ley del desarrollo orgánico
   2. La fundación y renovación del movimiento de hombres y padres

C. Según el modelo 1912

   1. El ideal pedagógico del hombre, padre y jefe
       a. El hombre de una paternidad sacerdotal
           - interpretación filosófica
           - interpretación teológica
       b. El hombre: niño y padre
          - Una observación pedagógica
       c. El hombre y padre: transparente del Padre Dios

   2. Sobre la educación del hombre, padre y jefe
        2.1 ¡Autoeducación cuanto antes!
        2.2 Observación sobre la educación por parte de otros
   
        - Educar la ingenuidad del niño

        - Educar para ser auténticos padres
          a. ¡Sed perfectos, como vuestro padre en el cielo es perfecto!
          b. ¡Sed reflejos lo más perfectos posibles del Padre celestial!

        - La invariabilidad del padre
           Del Padre celestial – Del padre en la tierra
        - La omnipresencia del padre
        - El padre todo lo sabe
        - La sabiduría del padre
        - La santidad del padre
        - La justicia y veracidad del padre
        - La misericordia del padre

D. Según el modelo de 1914

   1. Para nuestra renovación no basta sólo con la autoeducación
   2. Por eso la gran jugada de la Divina Providencia
   3. A través de una nueva visitación de la Santísima Virgen
   4. La nueva visitación de María en el acta de fundación


  
TEXTO DEL PADRE FUNDADOR

A. EL PROBLEMA DEL PADRE Y SU SOLUCIÓN

1. Un problema con raíces profundas

Sabemos, que desde hace décadas en la cultura de nuestro mundo, ante todo en Alemania ha surgido una corriente que persigue conscientemente la meta: ¡Acabar con los padres! Y si ustedes observan alguna vez en otros países y culturas, déjense mostrar, por ejemplo en la televisión, cómo se admira y se honra por ahí a los padres: por todas partes figuras de cera; una figura de cera, que ya no se toma en serio. ¡Instintos asesinos en la juventud para matar al padre!

2. Una gran tarea

Y entretanto se nos da a nosotros la tarea – aunque ahora nos parezca extraño, pero que en el transcurso de los años se nos mostrará y definirá más claramente -, se nos da la tarea, en último término, de preocuparnos para que el Padre Dios sea reconocido por todas partes, pero también simultáneamente, y digo simultáneamente porque no se podrá reconocer en ninguna parte al Dios Padre, reconocerlo en gran medida y siempre, si a la vez el padre en el mundo, el padre natural, el padre en la familia no recupera de nuevo la posición que le es propia según los planes de Dios.
En cuántas ocasiones se ha grabado este convencimiento en lo más íntimo de la Familia: nosotros no tenemos ningún reino del Padre, (nosotros rezamos una y otra vez la petición del Padrenuestro “Venga a nosotros tu Reino”), la rezamos en balde, porque no nos preocupamos suficientemente para que el padre natural sea de nuevo reconocido en toda su grandeza y en su plena posición.

3. Importancia de la tarea

¿Qué significa para la relación con el Padre celestial la entrega al padre natural, la vinculación profunda con el padre natural? Por una parte es en sí mismo el medio más relevante para traer de nuevo al Padre celestial a la humanidad de hoy, traerlo también al corazón humano, y no olvidemos, traerlo a nuestra familia. Si apreciamos y nos congratulamos con un creciente movimiento de hombres y con un creciente movimiento de familias, entonces la tarea será: todos aquellos que pertenecen a este movimiento tienen la gran tarea de previvir el ideal del auténtico padre para las próximas generaciones de hombres.

4. La Madre de Dios nos ayuda a que nos acerquemos al Padre y al reino del padre.

Cuántas veces hemos tenido la ocasión de decir desde este lugar: nosotros comenzamos con un movimiento mariano y hemos llegado a ser un movimiento patrocéntrico. La gran  misión de la Santísima Virgen desde nuestros santuarios, desde sus santuarios es: hacer surgir a la vida a un reino del padre en su doble vertiente:  el Padre celestial debe llegar a ser de nuevo el Señor del mundo; pero a modo de pre-vivencia, como medio para conseguir el fin, como seguro de este señoría del Padre, del señorío del Padre celestial, debe surgir el sano y por Dios previsto señorío del padre terrenal, por una parte en la familia y por otra parte en la sociedad. El ideal del padre es y permanece como ideal, es y permanece como el ideal para toda la familia y para las futuras generaciones.

Me permitan que lo repita: posiblemente no nos engañamos si aseguramos que los nuevos impulsos en el movimiento de hombres se los debemos por una parte al movimiento de las mujeres. No nos podemos imaginar nosotros los hombres cuánto se rezó y se ofreció en los últimos años, durante los años de lucha, por parte de la rama de las mujeres: ¡Qué venga a nosotros el reino del Padre celestial unido al reino del padre terrenal, inspirado desde Schoenstatt y puesto de nuevo desde aquí en movimiento!

Claro está que debemos ser sinceros y decir todo: si nos preguntamos por los impulsos que nos han traído hasta aquí, pienso que no podemos olvidar los sacrificios que hay detrás, hechos por la primera generación. En el Reino de Dios no se pierde nada, así también especialmente en el reino de Schoenstatt, porque en definitiva para todo lo que hacemos y sufrimos, lo que rezamos y olvidamos, vale aquello que ya sabemos: ¡El reino de la Santísima Virgen,  de la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt  debe florecer de nuevo, debe renovarse y desarrollarse nuevamente, debe llegar a ser un reino del Padre!

B. SER PADRE Y SENTIR DE PADRE

1. Leyes de vida y reorganización del movimiento de hombres y de padres

Creo que estamos familiarizados con las expresiones “padre” y “reino del padre”. Para acceder a ellas desde el punto de vista histórico, quiero recordar lo que nos hemos propuesto para hoy. Al escuchar esta mañana sus cantos y oraciones me dije: ellos esperan de mí unas palabras para inflamar los corazones. Pero pienso que todo lo que necesitan para sus corazones lo han escuchado ya en otras ocasiones. Por lo tanto no quiero darles una charla más o menos devota, sino que deseo plantearles consideraciones fundamentales para el futuro de nuestro movimiento de hombres. Y si me pregunto por las directrices para conseguirlo, debo resaltar dos aspectos.

a.  La ley de la repetición cíclica

Una primera ley nos llama la atención de que toda la historia de Schoenstatt se desarrolló desde el principio hasta nuestros días según las leyes del círculo cíclico. ¿Qué significa esto? La historia se repite en todas sus etapas, claro está, en cada caso a un nivel superior.

Podemos demostrarlo fácilmente si pensamos por ejemplo en la historia de la Familia durante la primera y la segunda guerra mundiales, y también en todos los recuerdos y experiencias que hemos sufrido en los 15 ó 20 años pasados. Allí encontramos siempre el principio de una etapa a un nivel superior, seguida de una crisis, concluyendo con la solución de la crisis.  Y se repiten poco más o menos textualmente todas las palabras, todos los acontecimientos, todas las conclusiones que hemos vivido en la etapa anterior.
¿Por qué digo esto? Si pensamos en lo que queremos y debemos hacer, entonces buscamos un punto de comparación en la historia pasada. ¿Cuál es el punto de comparación que buscamos? Lo palpamos ya en nuestro ambiente: ¡Nueva fundación! ¿Qué es entonces lo que debemos hacer? ¿Repetir la nueva fundación! 

¿Qué debemos hacer? Echar mano del círculo cíclico que rodea a las actas de pre-fundación y al acta de fundación. Debemos pues leerlas de nuevo, escucharlas de nuevo y dejar que las mismas dejen sus huellas en nosotros; y entonces hacer exactamente lo mismo que proponen las actas de pre-fundación y de fundación.
En la medida en que nosotros lo hagamos, en la medida en la que nosotros repitamos todo lo que nos dicen hoy el acta de pre-fundación y el acta de fundación, de forma que muevan nuestra inteligencia, nuestra voluntad y nuestra acción, si nosotros vivimos y gustamos de nuevo lo que la joven primera generación realizó, entonces podemos pensar que estamos en el camino seguro.

¿Qué conclusión deducimos de todo esto? Si yo debo inculcarles pensamientos básicos para sus necesidades actuales, entonces no me queda más remedio que mostrarles de nuevo el acta de pre-fundación y el acta de fundación. Lo que quiero decirles no es sólo importante para nosotros como hombres, sino para nosotros como dirigentes de la rama. Como dirigentes de la rama de hombres no debemos dejarnos influenciar en nuestros corazones por todo aquello que el tiempo actual nos ofrece. Mucho más esencial es que renovemos en nosotros el espíritu de Familia, que digamos un Sí a la idea del círculo cíclico de nuestra historia. Entonces tendremos durante todos los tiempos, en todas las circunstancias un modelo, un ejemplo exacto según el cual orientarnos, según el cual nos podemos y debemos orientar.

 b. La ley del desarrollo orgánico

Quiero citar una segunda ley. La misma nos revela que nosotros llegaremos a comprender en cada caso nuestras actas de fundación cuando las mismas se hayan desarrollado. Ocurre análogamente a lo que ocurre en la iglesia. Lo que el Espíritu de Dios siembra como pensamientos y como ideas en la base de la iglesia se puede comparar a una semilla; una semilla que se mete en la tierra. Si yo quiero captar bien y exactamente a esta semilla en toda su fuerza motriz, entonces deberemos esperar – es de todas formas lo mejor y más seguro – que esperemos a que se haya germinado y desarrollado esta semilla. Yo diría para los “viejos zorros”, bueno, aquí no hay muchos viejos zorros, lo digo para los antiguos, mejor dicho para los dirigentes de nuestra Familia: sólo cuando pasamos el 20 de enero de 1942 y cuando vivimos los acontecimientos consiguientes, entonces llegamos a comprender mejor la primera acta de fundación y el acta de pre-fundación.

¿Qué significa esto aplicándolo a nuestro caso?  Si queremos plantear consideraciones fundamentales que vayan dirigidas no tanto a nuestro sentimiento, sino que aporten luz a nuestro entendimiento y así indirectamente calor a nuestro corazón, entonces deberemos considerar las palabras del acta de pre-fundación y de la primera acta de fundación a la luz de los tiempos futuros. ¿Cuál será entonces la consecuencia? ¡Lo estamos palpando con las manos!  Nosotros entendemos ahora mejor cada palabra, y lo que es evidente, llegaremos a captar mejor y más claramente la abundancia del contenido, y podremos aplicarlo a la nueva criatura, a la nueva fundación de nuestra Familia. Creo que con esto, he aportado suficiente trabajo previo para ustedes.

2. La fundación y la renovación del movimiento de hombres y de padres

¿De qué se trata entonces? Estamos convencidos que nosotros, los que estamos aquí, nos creemos llamados y enviados a fundar de nuevo el movimiento de los hombres, y más concretamente a partir del modelo de 1912 y del modelo de 1914. El acta de fundación es una conclusión del acta de pre-fundación. Acta de pre-fundación y primera acta de fundación son dos partes igualmente esenciales del mismo proceso de vida. Nosotros no entendemos la primera acta de fundación sin haber captado previamente el acta de pre-fundación. Y nosotros no imaginaremos el alcance del acta de pre-fundación sin tener una visión del acta de fundación.

¿Entonces, qué debemos hacer? ¡Debemos llevar a cabo un doble trabajo! Al ser este trabajo tan inmenso, quiero advertir desde el principio, que deben estar satisfechos con algunas indicaciones. O si yo me paso y permanezco largo tiempo ya en el primer punto, tendrán que aceptar que cuando llegue al segundo punto termine rápidamente para no entretenerles demasiado. Lo hago por el amor que tengo al movimiento de hombres, pero también por el amor que tengo a toda la Familia. Porque los asuntos que tratamos aquí entre nosotros son de una importancia fundamental para el futuro de la Familia, ante todo para el portafolios (zurrón de pastor) de los dirigentes; los que nos acompañan no podrán captar profundamente y retener estas consideraciones durante largo tiempo.

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