miércoles, 16 de mayo de 2012

El amor de Dios, ley fundamental del mundo


Nosotros, que conocemos la vida y que —ora con éxito, ora sin él— nos hemos esforzado por tomar posición frente a las complejidades y los problemas de la actualidad, sospechamos, ya con sólo oír la expresión, que nos encontramos aquí ante una afirmación de profunda importancia práctica y teórica. Si realmente me coloco sobre el terreno de la ley fundamental del mundo, todas las preguntas, todos los difíciles, dificilísimos problemas que remueven hoy los corazones y las mentes de los hombres, deberían parecernos solucionados, como veremos más tarde, en forma fácil y segura.

Me limito a referir, por mencionar algunas cosas, a la seria y desorientadora pregunta acerca de la razón por la cual los malos y mentirosos triunfan y los veraces, sencillos y fieles a Dios sucumben. ¿De dónde proviene eso? ¿Dónde está la respuesta última? ¿Cómo es que tenemos que soportar una cantidad tan gigantesca de duros y difíciles golpes del destino, tantos mazazos? ¿Acaso lo hemos merecido? ¿Cómo lo hemos merecido? ¿Qué quiere Dios con todas estas cosas? ¿Cuál es la respuesta? Podremos darla con facilidad si con toda el alma captamos lo que queremos expresar con la afirmación de que el amor de Dios es la ley fundamental del mundo.

Avancemos aún más: esta ley no tiene solamente importancia teórica sino también una profunda importancia práctica. También vislumbrarán esto. Quien se coloca realmente con toda el alma sobre el terreno de esta ley se encuentra a sí mismo no sólo ante un pilar fundamental sino ante el pilar fundamental de toda la plasmación, concepción y formación de su vida. ………...……

¡Ley fundamental del mundo! ¿En qué estriba la motivación, la última motivación que pone en movimiento en Dios todo lo demás, todo lo que él hace o deja de hacer? ¿Dónde se encuentra la cualidad que me explique todo lo que sé o no sé? ¿Dónde está en Dios el punto que hace posible, en última instancia, una teodicea? Desde nuestro punto de vista, la teodicea no es más que una justificación de Dios. ¿Dónde está el punto desde el cual nos resulte fácil justificar a Dios? ¡Hablo desde la perspectiva humana! ¿Por qué ha hecho esto? ¿Por qué las grandes crisis entre los pueblos y naciones? ¿De dónde viene el peligro bolchevique en el mundo entero? Ésta es la pregunta por la ley fundamental del mundo.

Y la respuesta que podemos formular es la siguiente: la ley fundamental del mundo es el amor. ...... La ley fundamental del mundo es el amor de Dios. Consideren qué significa este en sus detalles. Amor de Dios. ¡Sopesen la expresión! Las misma puede significar, en primer lugar, amor de Dios a mí y, en segundo lugar, mi amor por Dios.


(Texto tomado de "Las Fuentes de la Alegría", P. José Kentenich, Editorial Patris S.A. Chile, Págs. 225 y siguientes) 





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