miércoles, 4 de julio de 2012

¿Cómo despertar el instinto de amor?



Dios conoce también otra ley: sabe cómo se gana y vincula de la forma más rápida y segura ese amor. La respuesta: ¡véanla en su propia vida! Reoriéntense un poco dedicándose no sólo a leer libros sino, en una época en que todo tambalea, observando la vida en su inmediatez y mirando desde allí hacia el interior de la misma con mirada clara.

Posibilitando que el hombre se vea, se crea y se sienta amado

¿Cómo se despierta y vincula de la forma más rápida y segura el instinto de amor? ¿Me darán la razón si les digo: haciendo que el hombre se vea amado, se crea amado y se sienta amado?

Aquí tienen un descubrimiento de gran importancia. ¡Observen la vida! ¡Contémplense a sí mismos! ¿No es acaso así que, cuando se ven, se creen y sobre todo, se sienten amados por una persona, ella puede hacer de todo con ustedes? Se ha despertado el instinto de amor, y eso es mucho más valioso que si estuviesen frente al ser humano con el látigo en la mano y dijesen: «¡según el párrafo tal y tal, las cosas han de ser de esta manera!». Así podrán mantener a raya al ser humano pero no arrastrarlo hacia lo alto. La justicia también es necesaria, por cierto, pero aquí se trata de cómo puedo arrastrar al ser humano hacia lo alto, de cómo puedo conquistar la fuerza fundamental del ser humano.

Ahí tienen al gran maestro de la pedagogía. Él conoce las fuerzas fundamentales y también la ley según la cual esas fuerzas pueden entrar en acción y ser movilizadas. Escuchen lo que decían los antiguos romanos: si vis amari, ama! Si quieres ser amado, ama!). Verifiquen qué significa esto. ¿No es acaso lo mismo que decía Don Bosco?: si quieren que sus educandos sean obedientes y cumplan todas las otras virtudes morales, deben procurar ser amados por ellos. Y serán amados cuando ustedes los amen. Ellos deben sentir ese amor. Si vis amari, ama! Ahí tienen la gran ley fundamental que nos explica todo el mundo, la economía entera del amor. …………

Conciencia de autoestima

Permítanme recordarles que, en una era de la máquina, en un tiempo del mecanismo, en el cual cada ser humano es denigrado y reducido con demasiada facilidad a la pieza de una máquina, en un tiempo semejante, difícilmente podrán dar algo mejor al ser humano que una aplicación clara de esta ley. El hombre de hoy debe adquirir nuevamente conciencia de autoestima. ¿Y cómo habrá de adquirirla? Debe sentirse amado. Quien se siente amado se siente apreciado y crece en él una sana conciencia de autoestima. Y puedo decirles que, allí donde esta conciencia está en desarrollo, el terreno está preparado para la superación de las más grandes dificultades psicológicas, tentaciones y pecados. Por eso: a un ser humano que haya caído grave y profundamente, demuéstrenle que lo quieren. ¡Pero no sólo mediante declaraciones de amor sino también mediante hechos! Eso tiene más efecto que muchas pláticas. Mucho depende de eso. ¡Todo! Así es: Dios también quiere llevarnos a la unión de amor consigo mediante ostensibles pruebas de amor.


(Tomado de "Las fuentes de la Alegría", P. José Kentenich, Editorial Patris, Págs. 312-314)

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