miércoles, 12 de septiembre de 2012

Año de la corriente misionera (10/2012 - 10/2013)

(NOTA PREVIA: Estamos concluyendo en la Familia de Schoenstatt el tiempo dedicado a la corriente del Santuario. En breve comenzaremos el Año de la corriente misionera (18/10/2012 - 18/10/2013). Desde este Blog nos queremos unir a esta corriente reproduciendo textos del Padre Fundador que tienen que ver directamente con el anhelo que nos une a todos los schoenstattianos en este tiempo de gracias. La figura de nuestra Madre y Reina, la Santísima Virgen María, será la que ocupará las próximas páginas de esta publicación. El Padre Kentenich quiso destacar la misión que María tenía para la configuración cristiana de los nuevos tiempos. En fidelidad al origen mariano del Movimiento de Schoenstatt, estamos convencidos de que la misión de Schoenstatt para la Iglesia de todos los tiempos es hacer presente a María. ¡Con María hacia la Santísima Trinidad!)


La alianza de amor con María como mensaje de Schoenstatt

El espíritu de las actas de fundación es siempre el mismo: una alianza de amor perfecta de la Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt con la Familia de Schoenstatt, una alianza de amor perfecta, que recibe su impronta original, por la perfecta fe en la Providencia divina y se expresa en una perfecta conciencia de misión. ¡Tres expresiones importantes!

Una alianza de amor perfecta. Tengan la bondad de constatar ustedes mismos qué clásica es la expresión que se da a esto mismo en la última parte de la primera Acta de Fundación: "No os preocupéis por la realización de vuestro deseo. Ego diligentes me diligo." Ámenme, y yo haré lo que ustedes me exigen. Lean los textos y deténganse a meditarlos. ¡Háganlo, por favor! ¡Una alianza de amor perfecta! Y si observan con más exactitud, la tercera Acta de Fundación lo dice en forma explícita: "Ego (perfecte) diligentes (me) perfecte (diligo)". Todo esto ya está contenido, en cuanto a su sentido, en la primera Acta de Fundación. Pues, donde se ha de dar prueba del amor, se trata de luchar por alcanzar un amor perfecto. De acuerdo a ello, queremos y debemos intensificar al máximo nuestro amor. Y, entonces, es evidente que la santísima Virgen nos retribuirá con amor perfecto.

Una alianza de amor perfecta en cuanto a la profundidad: éste es el espíritu de las actas de fundación.
Pero se trata también de una alianza de amor perfecta en cuanto a la altura, a la amplitud y a la longitud. Lo que se fundó aquí se hizo realidad con el correr de los años. La alianza de amor con la santísima Virgen se tomó más y más en una alianza con el Señor, con Dios Padre, con el Espíritu Santo, con la Trinidad. Estoy mostrando aquí perspectivas de conjunto misteriosas y de maravillosa profundidad, que sólo son visibles para aquel que penetre con su mirada en el gran organismo del orden de la gracia. También a través del acto que ustedes realizaron en octubre —la colocación del símbolo del Espíritu Santo— la santísima Virgen selló su alianza de amor perfecta. Ella introdujo a la Familia en la correspondiente alianza de amor esponsal con el Señor, (en la alianza de amor) con el Padre y con el Espíritu Santo. (…)

¡Con cuánto gusto se habla actualmente del mensaje de Fátima! ¿No tiene acaso también Schoenstatt un mensaje? ¿En qué consiste ese mensaje? En introducir nuevamente el mundo en esa profunda alianza con la santísima Virgen, a fin de que la alianza con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo llegue a ser inamisible, profunda, indestructible, y lo sea en forma permanente. He aquí ese gran mundo ante nosotros. En efecto, no solamente luchamos por una nueva imagen de sociedad, sino también por una nueva imagen del mundo. La falta de alma y de sentido que hay en el mundo se supera en la medida en que nosotros estemos traspasados de la convicción de que Dios ha sellado una alianza con sus criaturas.

¡Es tan hermoso todo lo que se sabe por la teología dogmática acerca de los atributos de Dios! Pero eso sólo seduce cuando se ve detrás de ello al Dios del amor, al Dios de la sabiduría. Sería atrayente, pero ahora debemos renunciar a adentrarnos en una profundización de estos pensamientos a partir del pulso del tiempo actual. ¡Alianza de amor de Dios! Nuestra tarea consiste ahora en despertar en el mundo la conciencia de esa alianza de amor.

Y lo hacemos poniendo al mundo nuevamente en relación con la alianza de amor con la santísima Virgen. Éste es el gran mensaje de Schoenstatt.


(Texto tomado de: "Jornada de Delegados de la Familia de Schoenstatt" 14 al 18 de octubre de 1946.- Publicado en “Mit Maria ins neue Jahrtausend” , Schoenstatt-Verlag  2000 – Ver „La actualidad de María“)
 

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